Durante mucho tiempo el ascensor ha sido visto como un elemento puramente práctico, poco más que un «tubo» que sube y baja personas de un piso a otro. En la mayoría de los proyectos, su diseño quedaba relegado al final, mientras toda la atención se la llevaban el vestíbulo, los pasillos o la fachada.
Pero eso está cambiando. Cada vez más empresas descubren que el ascensor no solo es un medio de transporte vertical: puede convertirse en un verdadero reclamo, un espacio que sorprenda, que transmita la esencia del edificio… e incluso en una herramienta de promoción gratuita.
De caja metálica a experiencia que se recuerda
Hasta hace unas décadas, la imagen habitual de una cabina era bastante previsible: paredes metálicas, un espejo y un par de botones iluminados. Nada más. Lo llamativo era la excepción.
Hoy la historia es otra. El ascensor forma parte de la experiencia del cliente o del residente. Ya no se trata únicamente de seguridad o funcionalidad: también cuenta la sensación que se vive en esos segundos de trayecto. No en vano, la cabina puede convertirse en un escenario en miniatura que hable del edificio, de su estilo y de su personalidad.
Ascensores que cuentan historias: el ejemplo de los hoteles W

La cadena de hoteles W lo ha entendido mejor que nadie. En sus edificios, los ascensores son protagonistas: interiores rojos intensos, juegos de luces de neón, texturas poco convencionales… Todo pensado para que la gente se sorprenda, se haga una foto y la comparta en redes sociales. En otras palabras, el ascensor deja de ser invisible y se convierte en un altavoz de la marca. Un espacio pequeño, sí, pero con mucho poder de comunicación.
En FAIN Ascensores tenemos el orgullo de encargarnos del mantenimiento de los ascensores del Hotel W de Barcelona. Nos aseguramos de que funcionen siempre a la perfección, pero también de que conserven ese carácter único que los convierte en parte esencial de la experiencia del hotel. Porque cada detalle suma: la iluminación, la suavidad en los desplazamientos, la limpieza y el cuidado de los acabados.
Funcionalidad y belleza: un tándem imbatible
Hoy en día, apostar por ascensores atractivos no significa renunciar a la tecnología. De hecho, lo más habitual es ver cómo se combinan servicios digitales, sistemas de información, botones táctiles o control de accesos con diseños que no dejan indiferente a nadie.
No hablamos de decorar por decorar. Se trata de crear una experiencia integral que conecte con quien usa el ascensor y que, a la vez, refuerce la identidad del edificio. Pequeños detalles que, juntos, marcan una gran diferencia.

El ascensor, embajador del edificio
Un buen diseño puede ser discreto o llamativo, moderno o clásico, pero siempre debe estar en sintonía con el resto del edificio. No se trata de romper, sino de complementar y realzar lo que ya existe.
Hoy más que nunca, el ascensor puede ser un aliado estratégico, un embajador silencioso que representa la marca, sorprende a los usuarios y mejora la percepción global del espacio. En FAIN lo sabemos bien. Por eso trabajamos para que cada trayecto sea seguro, cómodo… y también agradable a la vista.
Porque mejorar la calidad de vida de las personas no está reñido con rodearlas de belleza. Un ascensor atractivo genera emociones positivas y convierte un gesto rutinario (el de coger el ascensor) en una pequeña experiencia.
Y tú, ¿has pensado ya en el potencial que tiene el ascensor de tu edificio?
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