El Real Decreto Legislativo 1/2013, de 29 de noviembre, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley General de las personas con discapacidad y de su inclusión social, impone que una comunidad de vecinos debe garantizar la accesibilidad de los vecinos y las visitas y establece los requisitos que deben cumplirse.
Sin embargo, aproximadamente el 75% de los edificios en España no cumple con los requisitos, ya que la mayor parte de éstos son antiguos, y aún tienen pendiente adaptarse al Código Técnico de Edificación (“CTE”).
Asimismo, el Código Técnico de Edificación y el posterior DA-SUA2 establecen que los edificios de obra nueva, o aquéllos que soliciten licencia de obras, deben incorporar medidas para garantizar la accesibilidad y, en consecuencia, ofrecer una mayor calidad de vida a quienes accedan a ellos.
Una de las mejoras de accesibilidad de menor coste y facilidad de instalación es la automatización de las puertas de las zonas comunes. Solo es necesario instalar un motor en la parte superior de la puerta, sin necesidad de adquirir una nueva puerta.
¿Cómo funciona?
Estos mecanismos se pueden utilizar para automatizar puertas ya existentes o en nuevas instalaciones. El operador de puerta que se instala es un motor formado por un conjunto de mecanismos (eléctricos, mecánicos, hidráulicos o magnéticos) que generan la apertura y el cierre y permiten automatizar una gran variedad de puertas y sistemas de acceso. Estos sistemas sirven para casi cualquier tipo de puerta para edificios residenciales: interiores, exteriores y batientes, con una o más hojas, con apertura hacia el interior o exterior.
No se suelen tener en cuenta este tipo de puertas como soluciones de accesibilidad cuando realmente provocan un cambio importante en la calidad de vida de las personas mayores o con problemas de movilidad e incluso aumentan la comodidad para el resto de la comunidad, además de ser un punto importante en la labor de conseguir entornos 100% accesibles.
¿Por qué no es frecuente su instalación?
Una de las razones principales por las que muchos edificios no cumplen con los requerimientos de accesibilidad, es el coste que supone el conjunto de adaptaciones necesarias. Pero este razonamiento evidencia el desconocimiento tanto de la normativa vigente como de las diferentes subvenciones que existen a la hora de reacondicionar los edificios con el fin de mejorar la accesibilidad.
Además, hacer un edificio accesible no solo consiste en construir rampas, ensanchar las puertas, instalar un salvaescaleras o un ascensor (en el caso de edificios antiguos que aun no lo tengan), sino de garantizar la máxima accesibilidad que permita el edificio, empezando por las puertas exteriores.
Éstas suelen estar fabricadas con materiales como el hierro forjado, el acero inoxidable o el vidrio, lo que las hace bastante pesadas para las personas de edad avanzada o con problemas de movilidad. Automatizar este tipo de puertas permite la entrada y salida sin ningún impedimento y sin necesidad de pedir ayuda.
¿Qué tipos de configuración de apertura y cierre se pueden realizar?
Dependiendo de los requerimientos de los clientes, las puertas se pueden programar en múltiples modos de funcionamiento:
- Powerless: Este sistema inicia su apertura sin requerir esfuerzo físico (mediante sensores) y el cierre se realiza automáticamente pasado un cierto tiempo. Este tiempo se puede regular, generalmente entre 5 y 10 segundos.
- Push & Go: Accionando la apertura con tu llave, el motor detecta el movimiento, y genera la apertura de la puerta de forma automática y su posterior cierre sin necesidad de manipularla. Podemos configurar el tiempo de apertura. Esta opción de configuración está pensada para puertas antiguas, con cerradura mecánica.
- Permanent Open: Una puerta de este tipo se mantiene siempre abierta, y solo se cierra si recibe una señal nueva mediante un mando a distancia, un llavero con sensor de proximidad o un pulsador manual.
- Power Motion: Abre y cierra automáticamente con un impulso externo que puede ser un pulsador, mando a distancia o llavero con sensor de proximidad. El tiempo de apertura y cierre se puede regular, así como el tiempo que permanece abierta.
Cuando una puerta automatizada encuentra un obstáculo en el movimiento de apertura o de cierre, el mecanismo invierte la maniobra que venía realizando con el fin de no causar ningún daño.
¿Por qué automatizar tus puertas?
Accesibilidad, higiene y seguridad son los factores principales por los que automatizar las puertas puede ser tu mejor opción, pero también podríamos añadir como beneficios la comodidad, eficiencia energética y el valor añadido que brinda esta modernización a tu comunidad.
La accesibilidad es, sin duda, el factor principal por el cual se deberían automatizar las puertas de entrada a un edificio. La Ley de Propiedad Horizontal establece, en su artículo 10, que una comunidad está obligada a realizar las obras de mejora de accesibilidad sin necesidad de acuerdo que lo autorice, siempre y cuando se den las condiciones exigidas en la normativa. Promover la accesibilidad evita que una persona con discapacidad vea interrumpida u obstaculizada su actividad, y le permite avanzar en su trayecto de forma autónoma.
La higiene es otra mejora importante que se obtiene al automatizar las puertas. El COVID-19 nos ha hecho ser conscientes de cómo administramos el movimiento y el uso de las zonas comunes. En el caso de la puerta de acceso a un portal, tanto los vecinos como las personas del exterior tocan constantemente los tiradores. Eliminar la necesidad de tocarlos, así como de tirar o empujar la puerta, minimiza el riesgo de contagio y mejora la seguridad en términos de salud.
Aunque no sea tan evidente, este sistema incrementa la seguridad de los accesos comunes a los edificios. Los vecinos, no tendrán que preocuparse por cerrar la puerta, evitándose que la puerta quede mal cerrada y que alguien ajeno al edificio pueda acceder.
Generalmente, la instalación de una puerta sin contacto en una comunidad es una decisión orientada a personas mayores o con movilidad reducida. Pero, todos los vecinos valorarán la comodidad, que supone, por ejemplo, poder entrar con la cesta de la compra, cargando con bolsas, carritos de bebé, o simplemente por facilidad.
Finalmente, no es desdeñable el valor añadido que supone la automatización de las puertas, generando un valor diferencial para los residentes, frente a otras fincas que pueden no estar modernizadas y ser menos accesibles.
¿Qué puede implicar no cumplir la ley de accesibilidad?
La Ley de accesibilidad dicta que las propias comunidades de vecinos deben ser accesibles y en caso de incumplimiento plantea diferentes sanciones, que van desde los 30 mil euros hasta 1 millón. El fácil acceso a la finca es una de las demandas más comunes por accesibilidad.
Si estás interesado en automatizar las puertas de tu comunidad, ¡no dudes en contactarnos! Recuerda que en FAIN estamos a tu disposición las 24 horas del día, los 7 días de la semana, por WhatsApp, redes sociales, teléfono 900 595 634, y correo electrónico en la dirección [email protected].